Mi querido Carlos, del blog Apenas penas, me hace dos regalos exquisitos: un pedazo de poema y esta preciosa sirena.
Muchísimas gracias, Carlos y biquiños.
El ciclópeo titán mira a lo lejos
el lánguido perfil de la sirena,
con el ojo de ver en cuarentena
y los impulsos viejos
el cielo de pacíficos reflejos,
los envuelve a los dos y en tal escena,
ella, virgen y ajena,
emigra en un tumulto de vencejos.
Nada queda por ver, ni mar ni arena
ni nudo de intrincados aparejos
ni luz de luna llena;
hay un coro de sal en los cortejos,
de lágrima y de pena,
que hasta duele mirarse en los espejos.
Tienes muy buenos amigos que te miman enviándote,dibujos, Poemas.
ResponderEliminarY a mi me gusta verlo.
Saludos, manolo